martes, 12 de abril de 2011

un día, el día

Ahora que ya tiene cuerpo bien guardado; que tiene el olor de las tintas de horizonte y sangre; que cruje al oído entre las manos y canta como lo haría el propio Guillaume; ahora que es al fin tacto, luz y maravilla, y que, de tener un sabor, tendría el regusto de un pernod; ahora, que todo eso es así ya, ha dejado de ser lo que ha sido, para comenzar a ser lo que ustedes quieran. Ahí lo tienen. Yo se lo ofrezco.

1 comentario: