viernes, 22 de marzo de 2013

fisuras

Hace ya algunos años que el buen Miguel Serrano confió en mí para ilustrar uno de su libros más intensos, personales y hermosos. Pasado el tiempo ("demasiado, siempre demasiado", como dice Miguel), todo sigue en los cajones. El texto, en alguno de los de Miguel; los collages en uno de los míos, bien guardados en una carpeta marrón, separados por hojas en blanco los unos de los otros. Tal vez sea un buen lugar. O tal vez no. Por eso los muestro ahora, años después, con todas sus fisuras.